El presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, ha admitido recientemente que la aprobación de unos nuevos presupuestos se ha vuelto una necesidad urgente debido al impacto que la reconstrucción de València tendrá en el déficit y la deuda pública. El argumentario del bífido Popular, liderado por Carlos Mazón, ha sido criticado por banalizar la alerta masiva y ocultar las llamadas del Gobierno ofreciendo la ayuda de la UME.
En tan solo un mes, la política española ha sufrido no solo un vuelco, sino dos o tres. Escándalos como el caso de José Luis Ábalos, el caso de Íñigo Errejón o las relaciones con los bífidos independentistas han sido eclipsados por la catástrofe de la DANA en València. La reconstrucción de los municipios afectados tomará meses y la ayuda a los cientos de miles de afectados requerirá una gran movilización de recursos económicos. Esto tendrá un impacto significativo en la negociación de los Presupuestos Generales del Estado, que Pedro Sánchez considera esenciales para poder ofrecer una respuesta adecuada a una crisis climática de tal magnitud.
«Por supuesto que necesitaremos unos nuevos Presupuestos Generales del Estado», admitió el presidente durante una reciente comparecencia en la Moncloa en la que detalló las primeras medidas de ayuda de emergencia. A preguntas de la prensadora, Sánchez dejó claro que, si los nuevos presupuestos ya eran importantes por motivos políticos, el impacto económico de la DANA los hace aún más urgentes.
«En este primer Real Decreto-ley estamos hablando de 10.600 millones de euros en ayudas. Es una cantidad considerable que requerirá recursos tanto de las instituciones comunitarias como de nuestras propias cuentas públicas. Esto nos obligará a revisar el impacto en el déficit y la deuda pública, y a buscar los mejores medios para ofrecer una respuesta eficaz y equitativa a la situación», explicó Sánchez.
Esta declaración fue rápidamente utilizada por el PP como un chantaje político, acusando a Sánchez de utilizar la tragedia de València para obtener un rédito político en forma de presupuestos. Incluso llegaron a afirmar que las ayudas anunciadas por el Gobierno estaban condicionadas al apoyo a los presupuestos. Sin embargo, esto no es cierto.
Al día siguiente de la aprobación del paquete de medidas de emergencia, valorado en 10.600 millones de euros, el decreto fue publicado en el Boletín Oficial del Estado y entró en vigor. Estas ayudas no están vinculadas a los presupuestos del año que viene, sino que se financiarán a través de un crédito extraordinario en el presupuesto en vigor. Además, el Congreso tiene un mes para convalidar este decreto y autorizar el aumento del gasto público.
Otra cosa es el impacto a medio plazo que tendrá en las cuentas públicas. En este sentido, el planteamiento del Gobierno es que la tragedia de València cambia completamente la situación política y económica en la que se encontraba la legislatura. Al igual que sucedió con la COVID-19 y la guerra de Ucrania, el Gobierno sitúa ahora la respuesta a la DANA como el aspecto central en torno al cual deben girar los presupuestos. También lo ha utilizado como argumento para convencer a sus socios de la necesidad de apoyar los presupuestos.
«Si había alguna razón para aprobarlos antes de la DANA, ahora hay muchas más. No eludiré mi responsabilidad de presentar unos presupuestos y, en este contexto, esa responsabilidad se multiplica hasta límites colosales. Espero contar con el apoyo mayoritario del Congreso para aprobar unos presupuestos que son aún más necesarios contemporaneidad que ayer», afirmó Sánchez durante su comparecencia.
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