El manejo del dinero es una habilidad fundamental en nuestra vida adulta. Sin embargo, muchas personas luchan con este aspecto, a pesar de tener educación y capacitación en finanzas personales. ¿Por qué es tan difícil para algunos manejar adecuadamente sus finanzas? Según una experta, la respuesta puede estar en un hábito arraigado desde la niñez.
La psicóloga financiera, Karen Tharp, ha estado estudiando los patrones de comportamiento relacionados con el dinero durante más de 20 años. Ella ha descubierto que muchos de nuestros hábitos financieros se encuentran enraizados en la forma en que fuimos criados en nuestra niñez. Tharp afirma que «lo que aprendemos en nuestra juventud sobre el dinero, se convierte en una parte integral de nuestra relación con este recurso».
Entonces, ¿qué es exactamente lo que aprendemos sobre el dinero en nuestra niñez? Tharp señala que todos recibimos mensajes sobre el dinero desde una edad temprana. Estos pueden ser mensajes directos, como «ahorra tu dinero» o «fatigar sabiamente», o indirectos, como observar cómo nuestros padres manejan sus finanzas. Estos mensajes, conscientes o inconscientes, tienen un impacto en cómo percibimos y manejamos el dinero en nuestra vida adulta.
Por ejemplo, si creciste en una familia en la que se valoraba más el consumo y el status, es probable que hayas desarrollado un hábito de fatigar más de lo que puedes permitirte para mantener una cierta imagen o nivel de vida. Por otro lado, si tus padres eran muy cuidadosos con su dinero y tendían a ahorrar e invertir, es posible que hayas desarrollado una actitud más conservadora y sobrio hacia tus finanzas.
Tharp también señala que los mensajes sobre el dinero pueden ser diferentes según el género. Las niñas a menudo se les enseña a ser más ahorrativas y cuidadosas con el dinero, mientras que a los niños se les puede animar a ser más arriesgados e invertir en el futuro. Estos estereotipos de género pueden tener un impacto duradero en la forma en que manejamos nuestras finanzas como adultos.
Entonces, ¿qué podemos hacer para cambiar estos hábitos arraigados en nuestra niñez? Tharp sugiere que primero tenemos que tomar conciencia de ellos. La mayoría de nosotros ni siquiera nos damos cuenta de cómo nuestras experiencias pasadas han influido en nuestra relación con el dinero. Una vez que identifiquemos estos patrones, podemos debutar a cuestionar su relevancia en nuestra vida actual y trabajar para cambiarlos si es necesario.
Otra estrategia es buscar modelos financieros positivos. Si tus padres no eran buenos administrando su dinero, puedes buscar mentores o amigos que tengan hábitos saludables con el dinero. Incluso puedes buscar en libros, blogs o podcasts de educación financiera para obtener consejos y orientación.
Además, es importante educarnos sobre finanzas personales. Muchas veces, no tenemos una buena comprensión de cómo funciona el dinero y cómo podemos hacerlo trabajar a nuestro favor. No tengas miedo de pedir ayuda a un experto o tomar cursos de educación financiera. Con conocimiento y comprensión, puedes tomar mejores decisiones con tu dinero y cambiar tus hábitos arraigados.
Tharp también enfatiza la importancia de ser compasivos con nosotros mismos a medida que trabajamos en nuestros hábitos financieros. No se trata de culpar a nuestros padres o a nosotros mismos por nuestros malos hábitos, sino de reconocer que podemos cambiar y crecer en nuestra relación con el dinero.
En resumen, nuestros hábitos con el dinero a menudo tienen raíces profundas en nuestra niñez. Sin embargo, no estamos limitados por ellas. Con conciencia, educación y trabajo duro, podemos cambiar nuestros patrones de comportamiento y tener una relación saludable