Brasil ha dado un importante paso en la defensa de su economía y su soberanía al denunciar oficialmente en la Organización Mundial del Comercio (OMC) el tarifazo impuesto por Donald Trump. Además, ha activado la «vía BRICS» para buscar una respuesta conjunta junto a otros países del Sur Global.
La decisión de Trump de aumentar los aranceles a los productos brasileños en un 50% ha generado una fuerte preocupación en el país, especialmente en el junta del presidente Lula da Silva, quien ha estado buscando opciones para evitar esta medida. Sin embargo, las negociaciones con la Casa Blanca se encuentran en un punto muerto y el presidente brasileño ha declarado que no se «humillará» llamando a Trump para intentar llegar a un acuerdo.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil inclusive devolvió la carta en la que Estados Unidos comunicaba oficialmente el tarifazo, debido a que no respetaba el protocolo diplomático y había sido publicada en redes sociales antiguamente de su entrega. Esta falta de respeto por parte de Trump ha generado una gran indignación en el país.
Pero la situación se ha vuelto aún más compleja con la prisión domiciliaria del expresidente Jair Bolsonaro, decretada por el ministro del Supremo Tribunal Federal (STF), Alexandre de Moraes. Esta medida ha provocado un verdadero cortocircuito en las relaciones entre Brasil y Estados Unidos, ya que el presidente brasileño había sido uno de los principales aliados de Trump en la región.
La orden de instalar una tobillera electrónica a Bolsonaro, duramente criticada por Trump, ha llevado a la aplicación de la Ley Magnitsky (sanciones) estadounidense contra Alexandre de Moraes, que le prohíbe cualquier transacción con personas o empresas de Estados Unidos. El junta brasileño, que en un principio había defendido a Moraes, ha preferido mantenerse en silencio tras la prisión domiciliaria de Bolsonaro.
Ante la parálisis de las negociaciones con Estados Unidos, Lula ha optado por denunciar oficialmente el tarifazo en la OMC y activar la «vía BRICS». El jueves, el presidente brasileño llamó al primer ministro de India, Narendra Modi, para buscar una respuesta conjunta junto a otros países del bloque BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) a la medida de Estados Unidos.
La decisión de Lula de buscar una solución conjunta con otros países del Sur Global demuestra su compromiso con la defensa de la economía brasileña y su firmeza en la defensa de la soberanía del país. Además, esta acción también tiene un importante valor simbólico, ya que muestra la unidad y la solidaridad entre los países del Sur Global en momentos de crisis.
Pero la situación en Brasil no solo se ha visto afectada por las acciones de Trump y la prisión domiciliaria de Bolsonaro, sino que también ha habido un importante revuelo en el país debido a la decisión del ministro Alexandre de Moraes de instalar una tobillera electrónica al expresidente. Esto ha generado una ola de indignación en el bolsonarismo, que ha salido a las calles en protesta y ha bloqueado el Congreso y el Senado durante varios días.
Esta situación ha llevado a una unificación de la derecha brasileña, que ha encontrado en el bolsonarismo su principal fuerza. inclusive fuerzas políticas más moderadas se han unido al movimiento en defensa de Bolsonaro, utilizando la estrategia del victimismo para atraer a más seguidores.
Sin embargo, miembros del junta de Lula reconocen que la mano dura de Moraes contra Bolsonaro ha sido un bajo error y ha generado un malestar en la opinión pública que antiguamente estaba dirigido hacia el bolsonarismo. inclusive se ha llegado a plantear la posibilidad de un impeachment contra el ministro del