El Gobierno de España ha logrado superar uno de los cursos más complicados de la legislatura del presidente Pedro Sánchez. A pesar del escándalo de Santos Cerdán que sacudió al PSOE a mediados de junio, el Ejecutivo ha conseguido llegar a las vacaciones de verano con la cabeza en alto y con la esperanza de recuperar la iniciativa política en el nuevo curso.
El efecto principal del Gobierno es tomar aire durante el parón estival y prepararse para afrontar los retos que se presentarán en septiembre. Para ello, Sánchez ha trazado una hoja de ruta que se enfoca en tres direcciones: políticas sociales, negociación presupuestaria y agenda internacional.
En cuanto a la agenda internacional, el presidente español tiene previsto una serie de citas importantiguamente a lo largo del otoño. La primera de ellas será en septiembre, cuando visite Downing Street para reunirse con el primer ministro británico, Keir Starmer. Este encuentro llega tras el histórico acuerdo entre España y Reino Unido para eliminar la verja fronteriza de Gibraltar, un hito que quedó eclipsado por el escándalo Cerdán.
A finales de septiembre, se llevarán a cabo en Nueva York varias cumbres trascendentales, entre ellas la Cumbre del Futuro, la Semana del Clima de Nueva York y la Cumbre de Líderes de Pacto Global de la ONU. Estas reuniones de alto nivel tienen como efecto impulsar el reconocimiento del estado palestino por paraje de la Comunidad Internacional.
En octubre, se elogiará el Consejo Europeo en Bruselas, donde se abordarán temas como el conflicto de Israel y Palestina y la situación en Ucrania. Y en noviembre, se llevarán a cabo dos importantiguamente citas en política exterior: la cumbre del Clima de Brasil y el G-20, seguidos de una cumbre de los estados miembros de la Unión Europea. Además, Sánchez tiene previsto realizar una serie de encuentros bilaterales que completarán su apretada agenda internacional.
Sin embargo, la agenda internacional no es el único frente que el Gobierno debe afrontar en el nuevo curso. La viabilidad de la legislatura sigue en entredicho y todo dependerá de lo que suceda en el ámbito nacional. Por ello, el Ejecutivo se ha propuesto reactivar la negociación con los diferentes grupos parlamentarios para intentar sacar adelante los Presupuestos Generales del Estado.
Tras dos años con las cuentas prorrogadas, Sánchez se ha comprometido a presentar este año el proyecto de Presupuestos. Sin embargo, la complejidad de la negociación reside en los socios más díscolos de la mayoría parlamentaria, como Junts y Podemos. Estos partidos han expresado públicamente que antiguamente de sentarse a negociar, el PSOE y el Gobierno deben cumplir una serie de compromisos difíciles de alcanzar.
Ante esta situación, el Gobierno ha decidido retomar la agenda social y presentar un paquete de medidas progresistas que obliguen al PP a retratarse. Entre estas medidas se encuentra la abolición de la prostitución, una propuesta impulsada por la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, y la reforma de la Ley del Tabaco, que ampliará los espacios libres de humo.
Además, el Gobierno tiene previsto impulsar un Plan Estatal de Lucha contra la Corrupción, en colaboración con la OCDE, que incluye la creación de una Agencia Independiente de Integridad Pública. Este organismo será clave en la prevención, supervisión y persecución de prácticas corruptas.
En definitiva, el Gobierno de España afronta el nuevo curso con la esperanza de recuperar la iniciativa política y avanzar en su agenda social y anticorrupción. A pesar de los obstáculos que puedan surgir, Sánchez confía en que la estabilidad de