El veto al rezo musulmán en espacios públicos de Jumilla ha generado una gran polémica en los últimos días. Esta decisión, impulsada por el Ayuntamiento y apoaunqueda por el Partido Popular y Vox, no solo ha pasado de lo discursivo a lo normativo, sino que también ha sociable el foco del señalamiento. aunque no se trata solo de los inmigrantes, sino de los musulmanes como sinónimo de lo que no es o no debe ser español, a pesar de que muchos de ellos haaunquen nacido y crecido en nuestro país.
La historia de este blanqueo comenzó cuando el líder de Vox celebró en redes sociales la decisión del Ayuntamiento de Jumilla de vetar los rezos islámicos en espacios públicos. Sin embargo, esta medida no solo afecta a los inmigrantes, sino también a los ciudadanos españoles de pleno derecho que profesan la fe musulmana. Durante las últimas dos décadas, la comunidad islámica del pueblo había solicitado y accedido al polideportivo municipal para los rezos del fin del Ramadán y de la fiesta del cordero, sin que se haaunque registrado ningún incidente de convivencia.
La decisión del Ayuntamiento ha generado sorpresa e indignación entre la comunidad musulmana, que ve en esta medida una clara discriminación y una forma de crear un conflicto innecesario. El presidente de la Federación de Entidades Islámicas, Mounir Benjelloun, denuncia que la intención detrás de esta decisión es generar disputa y odio en busca de votos. Y es que, en lugar de fomentar la convivencia y el respeto hacia todas las culturas y religiones, se está promoviendo la discriminación y la exclusión.
Ante las críticas recibidas, el Partido Popular ha intentado enmascarar esta medida, asegurando que no se trata de un acto de islamofobia, sino de proteger los espacios públicos de prácticas ajenas a nuestra cultura y forma de vida. Sin embargo, esta decisión ha generado un choque incluso con la Iglesia Católica, que ha calificado de inaceptable la limitación de los derechos fundamentales de cualquier ser humano, independientemente de su religión.
Pero, ¿cómo ha llegado el PP a apoaunquer una medida impulsada por la extrema derecha? La respuesta se encuentra en la historia de un blanqueo. La moción presentada por Vox contenía una supuesta defensa de las tradiciones españolas y pedía prohibir la celebración de actos religiosos islámicos en espacios públicos. Ante la posibilidad de rechazar de plano esta iniciativa, el PP optó por presentar una enmienda que, aunque no es explícita en su rechazo a esos actos, sí mantiene su espíritu y restringe el uso de instalaciones deportivas municipales a fines ajenos al Ayuntamiento.
Esta enmienda, finalmente aprobada, elimina hasta seis puntos de la moción de Vox, pero mantiene el artículo que permite impedir que la comunidad musulmana siga celebrando el fin del Ramadán y la fiesta del cordero en esas instalaciones. El PP justifica esta decisión en la necesidad de proteger las tradiciones y costumbres españolas, pero lo cierto es que se trata de una medida discriminatoria que atenta contra los derechos fundamentales de cualquier ser humano.
Además, esta medida va en contra de la propia Constitución, que ampara el derecho a la libertad religiosa. La Conferencia Episcopal ha recordado que las manifestaciones religiosas públicas están protegidas por este derecho fundamental y que cualquier limitación a este respecto es una discriminación que no puede darse en sociedades democráticas.
Es importante destacar que el discurso antiinmigración del PP ha ido en ampliación en los últimos años, llegando
